La Formula

Estaba un día cualquiera, creo que fue de verano, escuchando a los que considero uno de los más grandes grupos de la historia, mis queridos Ramones. Estaba puesto el Antologhy, una recopilación con su mejor material, y cuando iba como en la séptima canción, un amigo me dijo "¡¡¡Hey, son todas iguales¡¡".

La verdad es que me extrañe en un principio, porque yo percibo en cada canción de los Ramones algo distinto, entregándome siempre una energía alegre que pocos grupos me entregan. Pero ese comentario me quedó rondando en la cabeza, y me puse a verlo de una manera más objetiva quizás. Y puede que sea cierto, visto desde una perspectiva distante, que todas las canciones partan con el clásico "1,2,3,4" de Dee Dee y se sumen las rápidas guitarras de Johnny con el resto de la banda para dar paso a la voz de Joey, y comenzar una rápida canción de dos minutos, con letra simple y coros pegajosos.

Es la formula. Pero es lo que uno busca. Sus canciones iguales, pero en sierta manera distintas a la vez, te entregan la dosis exacta y adictiva que uno no se cansa de oír. Lo mismo ocurre con bandas como AC/DC, un riff de guitarra, que luego lo sigue la batería, para que pronto se una toda la banda y empieza a chillar el vocalista, desatando toda la furia característica que los convierte en una de las bandas más grandes del Hard Rock. O con Black Sabbath quizás o incluso The Rolling Stones, que llevan más de 40 años, tocando puramente Rock and Roll sin mayores pretensiones, siendo quizás la mejor banda de la historia.

Pero no es fácil lograr mantener un estilo y defenderlo por años y años, sin desgastarse o aburrir. Muchas bandas se añejan porque no saben evolucionar, hay muy pocas que sobreviven a su estado primtivo. Solo cuándo la sinceridad pasa sin filtros y se transforma en música, la formula puede repetirse cuántas veces se quiera sin añejarse ni morir. Y pueden pasar años, discos y discos, y la música de estos grupos sigue igual, quizás menos sorprendente, pero igualmente cautivadora.